El encargo es el habitual programa de segunda vivienda en la playa, con un presupuesto limitado. El lugar es un paisaje desolado, al borde de la costa pacífica. El entorno está dominado por los colores de un agreste y seco clima de Chile Central que todavía no ha sido transformado por el hombre.
Se propuso dividir la casa en 3 unidades individuales definidas, pero con una lectura unitaria, tanto espacial como programática, de manera de poder utilizarlos separadamente y que cada una diera cuenta espacialmente de su uso. La primera: una pública (y de instalaciones integradas en el volumen edificado), la segunda: una unidad de niños y la tercera: el dormitorio principal.
Para esto se recurrió al inventario convencional de espacios, programa y sistema constructivo (canadiense), por su bajo costo de mantención y cualidades térmicas. Ésto delimitó las dimensiones estándar mínimas para cada unidad, en una casa de 140 m2 y definió la materialidad.
A través de este ejercicio se definieron las reglas básicas de diseño. Las variaciones al “estándar” y la articulación entre espacios, definiría el carácter y cualidades. Mínimas modificaciones en la búsqueda de reducir al máximo los costos, la manipulación de materiales y cualificar los distintos espacios aprovechando vistas y asoleamientos, obligaron a proyectar con las dimensiones estándar de los distintos paneles, reutilizando los retazos y utilizando los paneles estructurales como terminación interior.
Para aumentar el distanciamiento y cualificar cada unidad se separo horizontal y verticalmente a través de un patio de luz-acceso, terrazas y pequeños quiebres que abren o cierran vistas, luces y espacios.
Via http://www.worldarchitecturenews.com/index.php?fuseaction=wanappln.projectview&upload_id=1273
http://www.plataformaarquitectura.cl/2006/08/16/casa-contador-weller-riesco-rivera/
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